Garcilaso, Tasso y Bembo (Carpe Diem)
Las similitudes entre los tres poemas son innegables, empezando porque siguen la estructura y forma característica del Renacimiento. Los tres autores hacen uso del verso endecasílabo y respetan una cierta estructura temática. Sin embargo, existen ciertas diferencias visibles entre el lirismo propio de Garcilaso, dulce y armonioso, y aquel de los otros autores. La auténtica maestría de Garcilaso al entretejer forma y temática mediante sinalefas o recursos retóricos está ausente en los otros poemas, a pesar de compartir el uso de las sinalefas e incluso de muchos de los mismos recursos.
En este sentido, el poema de Bembo se diferencia de manera evidente de los otros al no seguir el patrón estructural marcado por la anáfora ("mientras que", "en tanto que") del que se sirven los otros autores, sustituyéndolo por el uso del paralelismo como elemento rítmico. Por ello, podemos apreciar más semejanza formal entre el poema de Garcilaso y el de Tasso.
El tempus fugit (el tiempo huye) y carpe diem (aprovecha el momento) es el tópico que prima en los poemas, y, como está dirigido a una mujer joven, podemos especificar que se trata del tópico conocido como colligo virgo rosa (mujer coge las rosas). Tanto Garcilaso como Tasso utilizan la rosa o la flor como símbolo de la juventud de esta mujer. De hecho, la primavera simboliza para ambos autores la primera etapa de la vida y la utilizan metafóricamente para hacer referencia a la juventud.
Cabe destacar la diferencia entre la manera de transmitir la imagen de esta mujer de Bembo y la de los otros autores. Para empezar, la descripción de Bembo es mucho más extensa, mencionando atributos que Tasso y Garcilaso obvian, como pueden ser la risa, la voz o los ojos. El poema casi parece, conceptualmente, una oda a una mujer concreta, siendo el tópico del carpe diem algo implícito en el texto. Bembo logra acercar al lector a esta versión idealizada de la mujer mediante esta descripción detallada. Al contrario, Tasso y Garcilaso se sirven una descripción breve como elemento para potenciar el impacto del mensaje que se transmite más adelante un sus poemas (el carpe diem y el tempus fugit). Sin embargo, todos los autores otorgan a esta mujer idealizada los mismos valores: la pasión y la honestidad, la rosa y la azucena.
Por otra parte, la posición que adopta cada autor para dirigirse a esta mujer es muy diferente. Mientras que Bembo se muestra claramente enamorado ("belleza nunca vista entre nosotros"), Tasso utiliza un tono sentencioso e incluso brusco ("necias", "oh jovencitas"). Da la sensación de que se trata de una persona mayor dirigiéndose a una joven, aconsejándola desde su propia experiencia aún conociendo el sentimiento de eternidad que embarga a los jóvenes y la inutilidad de sus propios consejos. Garcilaso adopta un punto medio entre estos dos autores, no se desvive por esta mujer pero tampoco es duro con ella. Su mensaje nace desde la certeza y la experiencia pero es dulce y tierno.
Como observación interesante, los poemas de Tasso y Bembo son un ejemplo de como la herencia clásica y la religión cristiana podían servir como herramientas literarias sin entrar en conflicto. En el poema de Tasso observamos la mención del Amor o Cupido, una clara referencia a la religión politeísta de Grecia y Roma. Sin embargo, en el poema de Bembo el "cielo" es el responsable de las "gracias" de la mujer. Por lo tanto, podemos inferir que aunque la religión cristiana continuaba siendo un eje central en la vida renacentista, esto no impedía que los poetas hicieran referencia a las antiguas creencias clásicas que formaban parte de la cultura que tanto querían reavivar.
Desde una perspectiva más personal, los valores que debe encarnar la mujer renacentista, mencionados anteriormente, me parecen ligeramente contradictorios. Una mujer debía ser pasional, pero también honesta y discreta. Es un ejemplo de los estándares a los que debía y debe enfrentarse la mujer: inalcanzables e insostenibles.
En fin, cada vez comprendo más porque se considera a Garcilaso el maestro de la poesía española, más aún tras haber analizado de cerca los poemas de Tasso y Bembo. A pesar de intentarlo, estos dos autores no consiguen reproducir la musicalidad que impregna los poemas de Garcilaso y la intencionalidad con la que hace uso de los recursos retóricos. Y aunque los poemas de estos otros dos autores son indudablemente buenos, el de Garcilaso fue, en palabras de Bembo, "anzuelo de mi fuego".
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